domingo, 16 de diciembre de 2012

Exploración de Júpiter I

Pioneer 10.

Es innegable que Marte ejerce una atracción sobre los seres humanos, la cercanía, posibilidades de vida (pasada o presente) y la posibilidad de una colonización humana hacen que el planeta rojo se encuentre entre las prioridades de todas las agencias espaciales del mundo. Pero no es solo Marte, el siguiente objetivo en interés es el mayor planeta de nuestro sistema solar Júpiter.
Pioneer 10.

Júpiter fue conocido desde la más remota antiguedad al ser visible a simple vista, pero salvo su peculiar movimiento en el cielo a diferencia de las estrellas fijas (la palabra planeta significa "errante") poco se supo sobre este astro hasta la llegada del telescopio.
Pioneer 10.

Galileo fue uno de los primeros astrónomos en estudiar a este planeta con un telescopio, descubriendo a sus 4 lunas principales, hoy llamadas (galileanas) Sin embargo el planeta se encontraba demasiado lejos como para que nuestros instrumentos puedan estudiarlo en profundidad. Era necesario esperar el envío de emisarios robóticos para poder obtener una imagen más clara del quinto planeta.
Pioneer 10.

En los albores de la carrera espacial, una misión a Júpiter solo era un brillo en los ojos de los ingenieros de la NASA, para empezar sería necesario utilizar cohetes los suficientemente potentes como para vencer el campo gravitatorio de la tierra, además debían atravesar esa misteriosa y enigmática región conocida como el "cinturón de asteroides" que podría poner punto final a una nave espacial. Era una verdadera época de descubrimientos, y muchos de los procedimientos y sistemas necesarios para el vuelo espacial recién estaban desarrollándose.

Primera Misión

Pioneer 10.
Pioneer 10.

La exploración de Júpiter comenzó en marzo de 1972, cuando un cohete Atlas-Centauro lanzó una nave de tan solo 250 kilogramos llamada Pioneer 10, descendiente de una serie de sondas que estudiaron el viento solar.
Cohetes Atlas-Centauro, llevando al espacio a la Pioneer 10.

Acelerado a velocidades que rompían las ligaduras gravitatorias de la tierra inició su viaje de 20 meses hacia Júpiter, aportando los primeros datos cercanos de los planetas más allá de Marte.
Trayectoria de vuelo de la Pioneer 10.

Un propósito fundamental de esta misión era ver si las sondas espaciales podían sobrevivir la intensa radiación de júpiter y los riesgos del cinturón de asteriodes, donde miles de pedazos de roca, de tamaños que van de 10 a 1000 kilómetros, están dispersos como islas en un archipiélago.


Pioneer 10 durante la fase de construcción.

La Pioneer 10 superó todas estas pruebas, en diciembre de 1973 empezaron a llegar los primeros datos de su encuentro con Júpiter. El creciente caudal de información de este incansable robot reveló que Júpiter, si bien era conocido en sus rasgos generales desde la tierra, presentaba todas sus características a una escala mayor de lo esperado.




Conjunto de fotografías del sistema joviano tomadas por la Pioneer 10.

El planeta poseía un campo magnético gigantesco que presentaba una cola de varios cientos de millones de kilómetros. Dentro de esta bolsa magnética, bandas aplanadas de partículas de alta energía contenían radiación entre 10.000 y un millón de veces la que se encuentra en los anillos de Van Allen terrestres.

A medida que la sonda se acercaba al planeta sus sistemas parpadeaban debido a los intensos rayos X y rayos Gama que saturaban sus instrumentos. Un deslumbrado Pioneer 10 enviaba ordenes al azar a sus instrumentos lo que ocasionó que algunas imágenes de alta resolución se perdieran. Y entonces cuando parecía que todo estaba llegando a su fin, la sonda paso el planeta y los niveles de radiación disminuyeron.

Este encuentro, breve y peligroso, de la resistente y pequeña nave con Júpiter alteró fundamentalmente la imagen humana del mayor planeta de nuestro sistema solar. Entre otros datos, confirmó que el Júpiter es más parecido a una estrella que a los cálidos planetas internos, además de la misma manera en que un carbón se enfría, Júpiter radiaba energía, aproximadamente el doble de la que recibe del sol.

Pero a medida que el Pioneer 10 se alejaba del sistema solar despues de cumplir su misión, la siguiente sonda se preparaba para su encuentro con Júpiter.


Continuará.

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