domingo, 22 de febrero de 2015

Veleros solares: a la conquista del sistema solar


Durante la Gran Era de las exploraciones del siglo XV se confió en la presión del viento sobre las velas de lona para impulsar a las flotas de barcos a través de los enormes océanos de la tierra. De una forma similar los futuros exploradores del espacio puede que algún día dominen a la propia luz para sus viajes dentro de los dominios del sol.

Aunque los fotones, los paquetes de energía electromagnética que irradian el sol y la estrellas carecen esencialmente de masa, pueden pese a todo ejercer una firme presión parecida a un viento en el casi vacío del espacio.

La clave para utilizar el toque casi de pluma de la luz del sol para la navegacion solar, es un material altamente reflectivo, de modo que los fotones que lleguen proporcionen su empuje rebotando contra la superficie de la vela. Aquí es importante el tamaño de la vela, pues cuanto mayor sea la misma, mayor será la cantidad de fotones reflejados y por lo tanto mayor el empuje.

Por grande que sea, sin embargo, la vela debe ser lo suficientemente rígida como para que el vehículo sea manejable, esta es una consideración que afecta al diseño final de una nave espacial impulsada por velas solares.

Inicialmente, las velas están previstas para llevar equipos de comunicación y experimentos científicos (sondas espaciales). Mas tarde, a medida que mejore la tecnología llevaran equipos entre la tierra y marte y otros planetas del sistema solar, y , a su debido tiempo, los astronautas podrán viajar empujados por la luz del sol.



Hasta ahora no ha sido lanzada ninguna sonda con una vela solar como método de propulsión primario. Es una tecnología en pañales que tiene un potencial enorme pero que actualmente esta limitada por los siguientes inconvenientes:


Masa: Como el empuje es muy bajo es necesario desarrollar velas ultraligeras y ultrafinas de solo unos pocos átomos de grosor para que la vela sea muy eficiente. Las mejores velas solares actuales tienen una masa de 7g/m2 y en teoria se podrían fabricar con nanotubos de carbono velas de solo 0,1 g/m2, pero este tipo de materiales sólo se ha producido en condiciones de laboratorio, y su aplicación a escala industrial está aún lejana

Empaquetamiento: una vela desplegada puede poseer una área de cientos de metros cuadrados, empaquetar la vela para que quepa en un cohete no es una tarea fácil si la misma tiene un área tan grande.

Despliegue de la vela: que la misma se "arme" en el espacio con la menor cantidad de estructuras de soporte, este es uno de los aspectos más trabajados actualmente, pero no a las escalas necesarias.

Y por último como controlar una estructura tan masiva y ligera a la vez

Como vemos es una tecnología a la que todavía le falta refinar, pero que podría abrir el sistema solar a la humanidad, algún día.







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