domingo, 4 de marzo de 2018

Telescopios líquidos




Uno de los sueños de cualquier astrónomo es disponer un espejo perfectamente parabólico de gran apertura a una parte muy pequeña de su precio. En parte eso puede ser posible mediante la tecnología de espejos líquidos.
¿Pero cómo un espejo puede ser líquido? El secreto es que el espejo está formado por 30 litros de mercurio líquido en rotación.
Cuando este metal pesado líquido rota, la fuerza centrífuga se combina con la gravedad para dar una forma perfectamente parabólica al mercurio.

Por supuesto tienen un inconveniente. Primeramente para operar o manipular el telescopio es necesario que los trabajadores lleven respiradores y trajes protectores. El mercurio es un metal extraordinariamente tóxico y provoca un envenenamiento acumulativo.

En segundo lugar debido a que es necesaria la acción de la gravedad para obtener su forma parabólica, el telescopio sólo puede apuntar hacia arriba, hacia el cenit. Esto no es tan malo como pudiera parecer, puesto que pueden observarse muchos objetos tan sólo esperando a la estación y la hora apropiadas.
Una de las principales posibles aplicaciones de esta tecnología podrían ser gigantescos telescopios ubicados en la superficie de la luna y si se ubican en los polos podrán observar ciertas regiones acumulando su luz durante años.

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