martes, 29 de enero de 2013

Proyecto Apolo-Soyuz

Proyecto Apolo-Soyuz
La carrera espacial que protagonizaron los Estados Unidos (EE UU) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) fue el resultado de la llamada guerra fría. No es que en ambos países no existiese un interés en explorar el espacio desde luego, pero esa rivalidad fue el principal motor de dicha carrera por esos años (principalmente durante los 60).
Emblemas de la misión.

Sin embargo en el transcurso de esta "guerra" ocurrió algo insólito, las dos potencias colaboraron en una misión espacial conjunta. Un suceso aislado que no se volvería a repetir en la historia de la Unión Soviética. Durante el gobierno de Brezhnev se había introducido cierta distensión en las relaciones diplomáticas entre ambos países. No es precisamente un ambiente cordial y pacífico ya que, al fin y al cabo, la Guerra Fría no dejaba de ser otro tipo de "guerra", pero al menos la guerra nuclear no parecía tan inminente como en tiempos de su antecesor Khruschov. 
Secuencia de la misión.
A partir de 1969 iniciaron las negociaciones entre las dos potencias espaciales con miras a realizar una misión espacial en conjunto. La idea era bastante buena, aunque sus partidarios eran muy conscientes de que cualquier roce entre ambos países hubiera frustrado el proyecto prematuramente.

Más difícil fue concretar el tipo de misión a realizar. Recordemos que la URSS habían negado participar de la carrera lunar así que los mando militares no querían saber nada de una misión conjunta a la luna (aunque eso hubiera sido digno de ver, quien sabe lo que hubiéramos conseguido de empezar la colaboración espacial desde aquellos años).

Al principio se había sugerido utilizar la estación espacial Skylab para el proyecto, por lo que una soyuz o incluso una estación soviética Salyut se uniría al Skylab. si bien este plan tenía sus atractivos, la diferencia de atmósferas utilizadas entre los vehículos norteamericanos y soviéticos terminó por truncar el proyecto.
Esquema de la misión.

Esquemas del módulo de acoplamiento.

Posteriormente surgiría el programa Apolo-Soyuz, el esquema de dicha misión no era en si complicado, una nave Soyuz se encontraría y acoplaría con una nave Apolo. Dicha nave Apolo transportaría un módulo de acoplamiento especialmente diseñado para permitir el intercambio de astronautas y cosmonautas entre ambos vehículos espaciales. 


Del lado de Estados Unidos, los astronautas de esta misión fueron Thomas Sttaford, un veterano de tres vuelos (Gemini 6A, Gemini 9A y Apolo 10), Vance Brand, quien nunca había volado al espacio, el astronauta del Proyecto Mercury, Deke Slayton, el único astronauta original del Grupo de los Siete que nunca había podido volar debido a un problema del corazón. Los astronautas estadounidenses llegaron a órbita a través de la cápsula Apolo.
Lanzamiento del Saturno I-b, con los astronautas norteamericanos.


Nave Apolo con el módulo de acoplamiento.

La Unión Soviética utilizó la cápsula Soyuz con capacidad para dos personas. Los cosmonautas eran Alexei Leonov, quien era una leyenda por haber sido el primer hombre en realizar un paseo espacial en 1965, y el novato Valeri Kubasov. Durante la preparación para el vuelo, los cosmonautas soviéticos y sus compañeros de reemplazo visitaron y se entrenaron en el Centro Espacial Johnson, mientras que los astronautas estadounidenses visitaron Moscú. Los controladores de vuelo de ambas naciones también realizaron simulaciones conjuntas.
Despegue de la tripulación soviética.

Nave Soyuz.

La Soyuz y el Apolo fueron lanzados con siete horas de diferencia el 15 de julio de 1975. El acoplamiento se llevó a cabo el día 17 de julio. Tres horas más tarde, Thomas Sttaford y Alexei Leonov intercambiaron el primer apretón de manos internacional a través de la escotilla de la Soyuz.


Las dos naves estuvieron acopladas por 44 horas, tiempo suficiente para que los astronautas y cosmonautas intercambiaran banderas y regalos (incluyendo tres semillas que fueron plantadas en los dos países), conversaron en ambos idiomas y comieron juntos. También la misión tuvo maniobras de acoplamiento y desacoplamiento durante las cuales la Soyuz pasó a ser la nave activa.

Los soviéticos permanecieron en órbita por cinco días, mientras que los estadounidenses por nueve. Durante su estancia en el espacio, los soviéticos también realizaron experimentos de observación de la Tierra.

Para la URSS, la misión Apolo-Soyuz había sido un éxito rotundo. En cierto modo, le permitió superar cierto complejo de inferioridad no declarado tras haber perdido la carrera lunar. La Unión Soviética había demostrado su capacidad para realizar una misión espacial al mismo nivel que la NASA sin mayores problemas. Para los estadounidenses, Apolo-Soyuz representó un punto de inflexión, el fin de una era. Se trató de la última misión de una nave Apolo y la última de una cápsula norteamericana en el siglo XX. La NASA no volvería a poner un astronauta en órbita hasta seis años después mediante el transbordador espacial.

Esquema de una hipotética misión de acoplamiento entre el transbordador espacial y una estación espacial Salyut, misión que jamás ocurrió.

Es una lastima que este ambiente de cooperación no continuara, pues se proyectaron interesantes propuestas para que las dos potencias sigan trabajando juntos en el espacio, como una misión del transbordador espacial a una estación Salyut, misión que nunca ocurrió.

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