sábado, 25 de febrero de 2012

Exploración de Venus II.

Explorando Venus.

Hemos hablado acerca de como era percibido el planeta Venus en el pasado, de un hermoso planeta primitivo, tal vez cubierto de océanos de agua. Pues bien esta colorida imagen del segundo planeta en orden de distancia al sol empezó a desvanecerse a mediados del siglo 20.
Los científicos especulaban con la vida y los océanos de Venus, hasta la llegada del radar.

Como es bien conocido la superficie de Venus se halla oculta tras una gruesa atmósfera de dióxido de carbono con trazas de otros elementos, esto impidió durante mucho tiempo averiguar como eran las condiciones en su superficie dando lugar a las más variadas interpretaciones. Esta situación cambió con la llegada del radar.

Venus se convirtió en el segundo cuerpo del sistema solar en ser estudiado por el radar, siendo el primero nuestra luna. La tecnología del radar permitía atravesar las densas capas de nubes del planeta, pero se debió esperar al fin de la segunda guerra mundial para su implementación en la astronomía planetaria. Entonces, en 1956 C. Mayer detectó temperaturas superiores a 600 kelvin en la superficie del planeta, esto parecía contradecir a las ideas de un mundo apto para sostener formas de vida. Comenzaba a desmoronarse la imagen idílica que se tenía del planeta.
Las primeras medidas de temperaturas obtenidas indicaron que la superficie de Venus era en realidad un ambiente demasiado hostil para la vida.

Posteriormente a principios de los años 60 la NASA observó al planeta mediante el gigantesco radio telescopio de Arecibo, ubicado en la caribeña isla de Puerto Rico. Los 305 metros del radio telecopio permitieron obtener las primeras mediciones precisas de la rotación del planeta. Descubrieron que Venus tenía una rotación retrógrada (que gira en la dirección opuesta a aquella en la que orbita alrededor del Sol), además esta fue fijada en unos 243,1 días terrestres.
Radiotelescopio de Arecibo.

Los estudios mediante radar permitieron además medir con una mayor exactitud las dimensiones del planeta teniendo este un radio de unos 6052 kilómetros, unos 70 kilómetros menos que las estimaciones mediante observaciones ópticas (luz visible).
Superficie de Venus vista mediante el radar.

Pero eso no fue todo, el radar mostró que en la superficie existían unas formaciones de gran tamaño, como si fueran continentes en el planeta, estas fueron bautizadas como Alpha Regio, Beta Regio y otras más. Su origen era un misterio, misterio que las inminentes sondas espaciales se encargarían de develar.

Continuará...

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