jueves, 6 de octubre de 2011

Historia de Rusia en el espacio I

Sputnik I


El cuatro de octubre de 1957, a las 22 horas, 28 minutos y 34 segundos, tiempo de Moscú, la Humanidad conseguía por primera vez en la Historia alcanzar el Espacio. Siglos llenos de sueños y esperanzas vieron como el ser humano, dada sus primeros tímidos pasos fuera de su hogar cósmico, representó además un tremendo empujón a la naciente ciencia de la astronáutica y cambiaría para siempre nuestra propia visión del universo.

Sputnik I.
El protagonista de esta aventura fue el Sputnik 1 (ruso: Спутник-1, pronunciación: [ˈsputnʲɪk]) lanzado por la Unión Soviética, fue el primer satélite artificial de la historia. Fue otro ruso Konstantin Tsiolkovsky quien en 1885 escribió en su libro "Sueños de la Tierra y el Cielo" los requisitos que debería cumplir un lanzador para colocar un satélite al espacio interplanetario.


                         Nave espacial de Tsiolkosky.                        "Sueños de la tierra y el cielo"

En años anteriores Tsiolkovsky ya había escrito notas preliminares y realizó bocetos de gran importancia histórica, y que me producen escalofríos cada vez que los veo. Esto no es una exageración, me imagino al joven Tsiolkosky en una cabaña de madera en la Rusia Imperial de 1878, con un lápiz y un papel bajo una lámpara de aceite dibujando cosas como las que podemos ver  en la imagen de la izquierda: el primer dibujo conocido de un objeto construido por el hombre en órbita alrededor de la Tierra. En sus notas, Tsiolkovsky menciona la ingravidez aparente que sentirían los ocupantes de la nave, toda una proeza. En el dibujo de la izquierda se incluye un "diagrama de una nave espacial".


No debe resultar sorprendente, por lo tanto, que Tsiolkovsky fuera una gran inspiración para los pioneros de la exploración espacial soviética. Sería la siguiente generación a la suya la que iniciara la carrera espacial, pero algunas de las figuras más importantes como Sergei Korolev, Ivan Kleimenov, Mikhail Tikhonravov y Valentin Glushko lo mencionan como una influencia fundamental.

Un autentico visionario, muy adelantado a su epoca, pero volvamos al tema principal de esta entrada. El Sputnik 1 tenía una masa aproximada de 83 kg, contaba con dos transmisores de radio y orbitó la Tierra a una distancia de entre 938 km en su apogeo y 214 km, en su perigeo. El análisis de las señales de radio se usó para obtener información sobre la concentración de los electrones en la ionosfera. La temperatura y la presión se codificaron en la duración de los pitidos de radio que emitía, indicando que el satélite no había sido perforado por un meteorito. Terminó sus días el 4 de enero de 1958 al reingresar a la atmósfera.

Sputnik I.

Sputnik I reingresando a la atmósfera terrestre.
La nación que realizó esta hazaña no era la más avanzada tecnológicamente en su época. De hecho, en las décadas precedentes al Sputnik, la Unión Soviética había sufrido una de las dictaduras más atroces junto con la guerra más devastadora que hubiese conocido el mundo. Un pueblo que había visto como casi un 14% de su población era exterminada y gran parte de su infraestructura pulverizada, conseguía contra todo pronóstico poco más de veinte años después desarrollar la tecnología necesaria para abandonar la cuna de la Humanidad. Cierto es que no lo hizo por curiosidad científica: el Sputnik cabalgó a lomos del primer misil intercontinental: el R-7 diseñado por la oficina de Korolev. En plena Guerra Fría la URSS se encontraba rodeada por países aliados de los EE.UU. plagados de bases desde las cuales los bombarderos americanos podían despegar y descargar su carga nuclear sobre territorio soviético en pocas horas, ventaja estratégica que no tenía Stalin. La única forma de alcanzar territorio estadounidense con una cabeza nuclear era desarrollar un misil balístico intercontinental (ICBM).

R-7 Semyorka (El séptimo).



Cabe resaltar que el vuelo del Sputnik causó un tremendo impacto en la opinión pública dentro de los Estados Unidos y muchas autoridades de ese país se manifestaron en contra de la política espacial del estado, existiendo casos aislados de  histeria colectiva, se preguntaban como la casa blanca permitia que los "comunistas" sobrevolaran impunemente cielo americano. Esto tuvo como consecuencias la aceleración del programa espacial americano y posteriormente la creación de la Nasa.

Lanzamiento del Sputnik I.

No deja de ser una paradoja que el R-7 se revelase como un misil completamente ineficaz y sin embargo se sigue usando hoy en día en su faceta civil bajo diferentes encarnaciones para llevar hombres y carga al espacio, aunque el régimen y el país que lo crearon hayan desaparecido.


No hay comentarios:

Publicar un comentario