Volviendo a lo grande.
Anteriormente hemos hablado de las propuestas más 'realistas' para volver a Saturno. Pero ¿Y si queremos enviar una sonda más avanzada que la Cassini? Desde el punto de vista científico sería lo ideal. Aunque los presupuestos no son muy esperanzadores, aun así veamos a la más firme propuesta para regresar al reino de Saturno por todo lo alto.
Suponiendo que el dinero no fuera un problema, lastimosamente si lo es, lo mejor ería enviar una misión del tipo Flagship. Las misiones de este tipo, como la Cassini, son las más caras (por encima de 3000 millones de dólares) pero son las más rendidoras y seguras para explorar los planetas exteriores. La propuesta más prometedor es una misión conjunta de la NASA y la ESA, llamada Titan Saturn System Mission (TSSM).
TSSM usaría un enfoque similar a la misión Cassini-Huygens. Es decir, tendríamos una sonda principal para Titán y el sistema de Saturno (Titan Orbiter, una especie de Cassini II pero con tecnología del siglo XXI), construida por la NASA, junto a dos subsondas europeas. Una subsonda consistiría en un aterrizador destinado a investigar los “lagos titánicos” y otra sería un globo. El globo sería más concretamente una montgolfiera, pues usaría aire caliente para flotar.
El orbitador de la NASA tendría una masa total de 6203 kg e incorporaría un radar para cartografiar la superficie de Titán con una resolución de 50 m, frente a los 500 m de Cassini. Antes de entrar en órbita alrededor de Titán, el Titan Orbiter realizará 16 sobrevuelos de Titán y 7 de Encélado. La órbita final se lograría gracias al uso de aerofrenado.
El lander, de 190 kg, tardaría 6 horas en descender a través de la atmósfera y podría aguantar hasta 3-4 horas flotando en las frías aguas (¿o sería “metanaguas”?) de los lagos del hemisferio boreal (72º latitud norte) analizando sus características. El globo, de 10,5 m de diámetro y 571 kg, flotaría a una altura de 10 km y funcionaría de seis a doce meses (!!!). Estudiaría las zonas situadas a 20º N, obteniendo imágenes con una resolución de 10 m. Tanto el orbitador principal como el globo usarían RTGs (en este caso, el calor de los radioisótopos también servirá para calentar el aire), mientras que el lander haría uso de baterías (el uso de paneles solares a la distancia de Saturno no es una opción).
La sonda tardaría 9 años en llegar a Saturno (una de las desventajas de esta misión). La principal novedad consiste en el uso de una etapa SEP (Solar Electric Propulsion), que impulsará la sonda mediante propulsión iónica durante cinco años y evitará el uso de asistencias gravitatorias. La SEP usará dos paneles solares similares a los de la nave Orión. El Titan Orbiter tendría un coste de 3700 millones de dólares. El explorador de los lagos de la ESA no debe superar los 650 millones de euros y el globo correría a cargo del CNES francés.
El orbitador también llevaría instrumentos para estudiar el océano de encélado, al pasar varias veces a través de los chorros de agua de está luna. De esta manera la misión estudiaría a fondo los mundos oceánicos más accesibles del sistema solar exterior.
De momento esta misión no ha sido aprobada y nada indica que lo será en un futuro próximo.