viernes, 26 de enero de 2018

La soledad cósmica.


Algo que abruma y entristece al mismo tiempo es el magnífico y terrorífico tamaño de nuestro universo. Las distancias son tan grandes que, en el caso de la búsqueda de vida extraterrestre, da lo mismo que haya miles de civilizaciones en nuestra galaxia. Si no están en nuestra vecindad, es como si no estuvieran.

Veamos un ejemplo: En una galaxia como la nuestra supongamos que existen hasta 100.000 civilizaciones tecnológicamente avanzadas, eso parece mucho, pero si lo distribuimos equitativamente en el volumen de la galaxia tendríamos que en promedio cada civilización estaría separada de la otra por aproximadamente 1000 años luz (eso suponiendo que todas las zonas de la vía láctea son propicias para la vida, algo que al parecer no es así)

Por lo tanto, a menos que se de una coincidencia y exista otra civilización a solo decenas de años luz, sería extremadamente difícil encontrar evidencia de formas de vida avanzadas (es decir una civilización tecnológica).

Tal vez el hecho de que, hasta ahora, no hemos escuchado nada, ni hemos visto nada es debido a que estamos solos en los alrededores. Si esto es así, es casi como decir que estamos solos, pues nos será extremadamente difícil incluso el comunicarnos con civilizaciones que estén a 1.000 años luz.

¿Pueden imaginar una conversación a 1000 años luz de distancia? Tendríamos que esperar 2000 años para una hipotética respuesta, algo como:
Tierra: Hola, ¿hay alguien allí?
Después de 2.000 años de espera…
Alien: Si, nosotros. ¿qué quieres?
Otros 2000 años para contestar.

Pero incluso si de da en el futuro un contacto de este tipo, es poco probable que sea en plan diálogo, sino algo así como dos monólogos que interactúan muy de vez en cuando. Es decir, cada civilización comienza a emitir de forma independiente lo que le pueda parecer relevante para intentar fijar un lenguaje común y después música, arte, historia, ciencias, etc.

Será desesperadamente lento pero viable.

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