martes, 29 de noviembre de 2011

Misterios de Urano I: Inclinación extrema

Planeta Urano, visto por el telescopio espacial Hubble.


Todos estamos familiarizados con el movimiento de rotación de la tierra, el planeta gira alrededor de un eje imaginario que pasa por los polos y que son lo responsables del día y la noche. Este movimiento (rotación) se halla presente en todos los cuerpos del sistema solar, algunos lo hacen más rápido, otros más lento, mientras que están los que, como nuestra luna, tienen su rotación sincronizada con su traslación mostrando siempre la misma cara a su planeta. Pero el séptimo planeta de nuestro sistema solar, posee el movimiento de rotación más extraño, sencillamente Urano rota de costado.

Urano.
El eje de rotación de Urano está de lado con respecto al plano del Sistema Solar, con una inclinación del eje de 97,77°. El cómo se produjo esto es aún un misterio. La teoría más aceptada presume que un cuerpo planetario del tamaño de la tierra, se estrelló contra el planeta en una etapa temprana de su formación, provocando el cambio drástico en la inclinación del eje. Otra posibilidad es que las perturbaciones gravitatorias ejercidas por los otros planetas gigantes del Sistema Solar lo hayan forzado a inclinarse de esta manera.




Esta inclinación produce cambios en las estaciones de un modo completamente diferente al de los demás planetas principales. Podemos visualizar la rotación de otros planetas como peonzas inclinadas (en Paraguay las llamamos "trompos" que en realidad es solo un tipo particular de peonza) respecto al plano del Sistema Solar, mientras que el dichoso Urano rota más bien como una pelota rodando inclinada. Cuando se acercan los solsticios de Urano (verano en un hemisferio e invierno en el otro), un polo mira continuamente en dirección al Sol mientras que el otro está en el sentido contrario. Sólo una banda estrecha alrededor del ecuador experimenta un ciclo rápido de día y noche, pero con el Sol muy bajo sobre el horizonte como en las regiones polares de la Tierra. Al otro lado de la órbita de Urano, la orientación de los polos en dirección al Sol es inversa. Cada polo recibe alrededor de 42 años de luz solar continua, seguidos por 42 años de oscuridad, dicho de otra manera en los polos de Urano se dan el día y la noche más largos del sistema solar. Cuando se acercan los equinoccios, el Sol se alinea con el ecuador de Urano creando un período de ciclos día-noche parecidos a los que se observan en la mayoría de los otros planetas.




Si las regiones polares reciben durante el transcurso del año más energía solar que las regiones ecuatoriales, la lógica nos dice que debería aumentar la temperatura mucho en verano, pues no ocurre así, la temperatura de Urano es más elevada en su ecuador que en sus polos en cualquier momento del año. El mecanismo que causa este fenómeno es aún desconocido. Es uno de los mayores misterios que posee el planeta, que tal vez deba esperar a la llegada de un orbitador robótico, en algún momento del siglo XXI.

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