jueves, 17 de noviembre de 2011

Planetas sin núcleo.


En una entrada anterior hablamos acerca de los planetas Chitonios, posibles planetas gaseosos que se vieron despojados de su atmósfera, una característica de estos mundos era que poseían grandes núcleos metálicos en su interior. Pero para demostrar que no existe blanco sin su negro, se ha propuesto la existencia de planetas opuestos a los Chinotios, planetas sin núcleo.

Planetas rocosos de nuestro sistema solar.


Como sabemos existen cientos de exoplanetas detectados, algunos de esos exoplanetas podrían ser rocosos como la Tierra, pero carecer de su fluido núcleo metálico. Un planeta sin núcleo es un tipo teórico de planeta terrestre que ha sido objeto de diferenciación planetaria ( durante la formación del planeta los elementos más pesados se hunden hacia el centro del protoplaneta, mientras que los elementos más ligeros ascienden a la superficie) pero sin embargo estos planetas no tienen un núcleo metálico, es decir, el planeta es en realidad un manto gigante de roca.
Principales lunas de nuestro sistema solar junto a plutón, algunas de estas lunas tal vez sean cuerpos sin núcleo.

Los planetas rocosos se consideraron en una época que tenían tres capas principales: una delgada corteza sólida, un viscoso manto rocoso y un núcleo de hierro fundido o sólido.

Esta estratificación, o diferenciación, se cree que tuvo lugar en los inicios de la historia del Sistema Solar, cuando las colisiones entre cuerpos rocosos y el decaimiento de isótopos radiactivos fundían el interior de los grandes objetos, permitiendo que los materiales más densos cayeran hacia el centro.
Capas internas de la tierra.

De acuerdo con un documento del 2008 de Sara Seager y Linda Elkins-Tanton, hay probablemente dos maneras en que un planeta sin núcleo pueden formarse. En el primero, el planeta acrecienta a partir de materiales tipo condrita, totalmente oxidados, ricas en agua, donde la totalidad del hierro metálico se consolida en forma de cristales minerales de silicato. Tales planetas pueden formarse en las regiones más frías y más alejadas de la estrella central. En el segundo, el planeta acrecienta tanto de materiales ricos en agua y ricos en metales de hierro. Sin embargo, el hierro metálico reacciona con el agua para formar óxido de hierro y emite hidrógeno antes de que la diferenciación del núcleo de metal haya tenido lugar. Siempre que las gotas de hierro se mezclan bien y sean lo suficientemente pequeñas (<1 centímetro), el resultado final previsto es que el hierro se oxide y sea atrapado en el manto, incapaz de formar un núcleo.

Un completo planeta sin núcleo de silicato no tendrá un núcleo fundido y por lo tanto no habrá ningún campo magnético. Esto podría descartar a este tipo de planetas como posibles hábitats para la vida extraterrestre. 

El campo magnético de la Tierra se genera por la circulación de hierro fundido en su núcleo. Éste protege la vida de la Tierra de las dañinas partículas cargadas del espacio conocidas como rayos cósmicos. 

Pero tal vez un campo magnético podría no ser clave para la vida alienígena. Después de todo solo conocemos como es la vida aquí en la tierra y no podemos descartar formas exóticas de seres vivos capaces de sobrevivir y prosperar en un ambiente tan hostil.



Actualmente, los astrónomos no tienen una forma clara de determinar si un exoplaneta rocoso lejano tiene núcleo. Esto se debe a que los telescopios aún no son lo bastante poderosos para fotografiar tales planetas, mucho menos para estudiar su composición química. Pero esto es algo que se resolverá en un futuro próximo, nuestro viaje de descubrimiento acerca de otros mundos apenas comienza.




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