sábado, 16 de julio de 2011

Brillo superficial: "Ver o no ver" un objeto celeste.

Cuando uno se inicia en esta fascinante experiencia que es la astronomía, suele recurrir en un error bastante común, que es el de agarrar el primer mapa celeste que encuentre, imprimirlo, y llevarlo a su lugar de observación. Luego, mira emocionado, la gran cantidad de objetos celestes presentes en la carta, elige uno que le gusta: una galaxia, la reconoce, pero si es la famosa galaxia del triángulo o M 33, dice que su magnitud visual es de +5,7 y reflexiona, "si mi telescopio puede ver hasta magnitud +9, M 33 será grandiosa". Coloca el telescopio en dirección del objeto  ansiado y puede ver... "NADA".
M 33 ¿A cuántos habrás engañado?

Cuando me encuentro con otros aficionados, suelo comentar está anécdota y, para mi sorpresa, muchos de ellos tienen experiencias similares. "Para que sirve la magnitud visual entonces" o "No sirve para galaxias y nebulosas" son algunas de las afirmaciones más frecuentes. Personalmente, me costó un poco conocer la causa de esto, debido principalmente a la falta de información en español, sobre el tema que no es otro que el llamado brillo superficial. 

El brillo superficial es un concepto utilizado en astronomía para describir el brillo aparente de objetos astronómicos extensos (a diferencia de las estrellas, que aparecen como un punto) como galaxias y nebulosas.

Generalmente la magnitud aparente de un objeto indicado en las cartas o bases de datos representa su brillo en conjunto, por decir de otra manera indica la cantidad de fotones que nos llega desde el objeto. Para las estrellas, que vistas al telescopio se muestran como puntos luminosos no supone ninguna diferencia, la si el instrumento alcanza la magnitud requerida la estrella será visible. Con los objetos extensos (aquellos que se ven más grandes que un punto) es otra cosa. Si por ejemplo una galaxia tiene magnitud 12,5, quiere decir que recibimos de esa galaxia la misma cantidad total de luz que de una estrella de la misma magnitud. Sin embargo, mientras que las estrellas son tan pequeñas , una galaxia o nebulosa puede extenderse por varios segundos de arco (arcsec) o minutos de arco (arcmin) y es ahí precisamente donde radica la dificultad de observar estos objetos, pues los fotones se "reparten" o distribuyen sobre el área ocupada por la galaxia o nebulosa. Es por ello que con la misma magnitud una galaxia es más difícil de observar que una estrella. El brillo superficial indica lo fácilmente observable que es un objeto, cuanto mayor sea su brillo superficial, más accesible será. A igual magnitud será mas débil  aquel cuerpo más extenso en el cielo, para la observación de estos objetos, existe una técnica  muy recomendable (además de buscar los cielos más oscuros posibles), que consiste en utilizar pocos aumentos en el telescopio, así la luz que llega se distribuye en un área más pequeña, resaltando la imagen del cuerpo celeste.

Abajo vemos un claro ejemplo, la espectacular Nebulosa California, en la constelación de Perseo, la magnitud total de la nebulosa es de +5.0, pero debido a que se extiende sobre un gran área de 160x40 grados, resulta difícil observarla. 

Otro ejemplo clásico la galaxia NGC 6822, en sagitario, brillando con magnitud +9 en sagitario, todo un desafío para pequeños instrumentos.

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