martes, 13 de enero de 2015

Destino Urano


El año pasado celebramos 25 años del sobrevuelo del planeta Urano por parte de la sonda voyager de la NASA, y aunque Urano y Neptuno encierran multitud de misterios que nos permitirían aclarar no sólo la formación del Sistema Solar, sino de muchos otros sistemas estelares, no hay ningún plan para volver a mandar una nave espacial a estos planetas.

Seguramente se preguntarán¿Qué hace tan interesante el estudio de estos mundos lejanos? Existen dos motivos principales primero porque desconocemos muchos aspectos de su estructura interna, y segundo porque ahora sabemos que este tipo de planeta puede ser muy común en nuestra galaxia. Urano y Neptuno, no son versiones más pequeñas de Júpiter y Saturno, sino son un tipo completamente distinto de planeta, llamados a menudo "Gigantes de Hielo". 

Los gigantes gaseosos de nuestro sistema solar (Júpiter y Saturno) están formados principalmente por hidrógeno (más del 90% de la masa del planeta) y helio, más un "pequeño" núcleo (del tamaño de la Tierra) de roca y hielos. Es decir, presentan una composición que se asemeja bastante a la de una enana marrón o una estrella. Bien es cierto que los gigantes gaseosos no son exactamente "gaseosos". Las tremendas presiones y temperaturas de su interior hacen que el hidrógeno esté en estado líquido y metálico. Más bien deberían ser llamados "gigantes líquidos". 

Ahora, llegar a Urano no es sencillo, principalmente debido a las limitaciones tecnológicas y presupuestarias. Podriamos enviar una sonda pequeña, relativamente barata y que se limite a sobrevolar una solar vez el planeta. Pero es muy difícil desentrañar los misterios de Urano con un solo sobrevuelo (además una misión de sobrevuelo difícilmente atraerá la atención y el apoyo del publico mas sabiendo que ya la Voyager 2 lo sobrevoló en 1986) Lo que de verdad necesitamos es una nave que entre en orbita de Urano.

La ultima y más razonable de estas misiones propuestas es la Uranus Pathfinder. la sonda haría uso de muchas tecnologías probadas para alcanzar su objetivo. Partiría de la tierra a lomos de un cohete Atlas V 531, dicho cohete es incapaz de poner a la sonda en rumbo directo a Urano, por lo que la sonda utilizaría un etapa propulsora equipada con 3 motores iónicos alimentados a energía solar utilizando xenón como propulsante, para aumentar su velocidad además sobrevolaría a la tierra en una ocasión.


El viaje sería bastante prolongado, despegaria hacia 2025, entre 2026 y 2027 sobrevolaria Los planetas venus y la tierra con el fin de aumentar su velocidad y cambiar su trayectoria, pero incluso con estos sobrevuelos y con la aytuda de los motrores ionicos no nos alcanza para llegar a Urano. Alcanza para sobrevolar Saturno (2034), es el gigante anillado el que se encarga de enviar a nuestra sonda hasta Urano, a donde llegará en 2041.

Son 16 años de viaje, la larga duracion se debe a que la sonda no puede viajar directamente a Urano y necesita de varios sobrevuelo planetarios para alcanzarlo. Si se utilizace el cohete gigante de la NASA, el SLS el viaje duraría solo de 6 a 7 años.

El uso del cohete SLS de la NASA permitiría explorar fácilmente cualquier rincón del sistema solar (otra cosa es el precio)

Lo que si está claro es que debemos seguir investigando nuevas y mejores formas de propulsión si queremos explorar a placer el sistema solar.

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