Una característica que limita bastante nuestras exploraciones espaciales es el hecho de que un pequeño aumento de la carga útil a ser lanzada al espacio, requiere un aumento enorme en el combustible disponible para el lanzamiento, aumentando el tamaño de nuestro cohete.
Esto es debido a la pobre eficiencia de los combustibles químicos tradicionales. Es por eso que necesitamos cohetes 'gigantes' para lanzar cargas relativamente pequeñas al espacio. Por poner un ejemplo: el Saturno V era capaz de colocar 110 toneladas métricas en una orbita de 300 km de altura. Pero la masa del cohete cargado de combustible superaba las 3000 toneladas!!! Por ello, una regla de oro en la astronáutica dice 'reduce tu masa' todo lo que puedas.
Para poder mantener la capacidad de carga útil de un vehículo espacial y al mismo tiempo reducir la masa de nuestro lanzador deberemos buscar nuevas formas de propulsión más eficientes.
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