lunes, 22 de enero de 2018

Perspectivas de la minería espacial


Aprovechar los recursos de los asteroides es una idea casi tan vieja como la del vuelo espacial, pero fuera del ámbito de la ciencia ficción nunca ha gozado de mucha credibilidad, principalmente debido a su complejidad y alto coste. Esto se debe en gran parte al enorme costo energético necesario para abandonar la tierra, lo que hace que viajar hasta los asteroides, procesarlos para acceder a sus recursos y regresar con los minerales obtenidos nos saldría mucho más caro que los posibles beneficios a obtener.

Las proyectos en este campo aun están en etapas iniciales por lo que no esperen que pronto busquen platino o europio en los asteroides. No, su objetivo es una sustancia más abundante y a primera vista más ‘aburrida': el agua. Por anodina que parezca, el agua es una sustancia clave para los viajes espaciales. De ella se puede extraer hidrógeno y oxígeno, que pueden servir como combustible y comburente para motores cohete. El oxígeno tiene además unas aplicaciones obvias en las misiones tripuladas (mantener viva a la tripulación). El agua de los asteroides puede abrirnos las puertas del Sistema Solar.

En otras palabras, de prosperar la naciente minería espacial, las 'empresas' del ramo se dedicaron a extraer elementos volátiles de los asteroides y vendérselos a posibles clientes (“NASA” en el argot de estas empresas). Con el tiempo, si estos planes prosperan, se daría paso a refinerías de combustible y metales a gran escala.

Pero estos emprendimientos se enfrentan a serias dificultades. Además de las limitaciones tecnológicas referentes a la extracción de recursos de los asteroides, la cuestión es que no sabemos si existe un mercado de clientes lo suficientemente numeroso o lo suficientemente generoso capaz de rentabilizar estas misiones, porque si nadie viaja más allá de la órbita baja (misiones tripuladas a la luna, Marte o más allá) el modelo de negocio de estas empresas se vendría abajo.

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