¿Cuáles serían los mundos más alejados para establecer una colonia humana dentro del sistema solar con la tecnología actual?
Sin duda, la Luna, Marte o los asteroides. Pero, y si forzamos un poco la tecnología ¿Cuál podría ser el siguiente objetivo de la colonización humana en una hipotética segunda fase de expansión. Esta misma pregunta se hizo un grupo de investigadores de la NASA en 2003 y su respuesta fue… ¡Calisto! Efectivamente, la segunda luna más grande de Júpiter se convirtió de golpe en un destino prioritario para una misión tripulada en el sistema solar exterior.
Este estudio preliminar sobre la colonización de Calisto recibió el nombre de HOPE (Revolutionary Concepts for Human Outer Planet Exploration) y fue el resultado de la colaboración de un puñado de entusiastas procedentes de distintos centros de la NASA que trabajaban en el programa RASC (Revolutionary Aerospace Systems Concepts). HOPE intentó determinar los requisitos mínimos para llevar a cabo un viaje tripulado a Calisto de ida y vuelta en menos de cinco años. De acuerdo con HOPE, al menos tres astronautas vivirían durante tres meses en la superficie del tercer satélite más grande del sistema solar a partir de 2045.
Viajar a Calisto requeriría la utilización de motores electrico-nucleares, el uso de gravedad artificial y sistemas para aprovechar los recursos de Calisto (principalmente agua que seria usada para generar oxigeno y como propelente para el viaje de regreso). La duración total de la misión tripulada sería de 4,97 años, de los cuales 123 días serían en la superficie de Calisto.
HOPE tuvo una vida muy breve y nunca pretendió ser nada más que un estudio conceptual sin demasiadas aspiraciones, pero sin embargo nos invita a reflexionar sobre las limitaciones de la colonización humana dentro del sistema solar.
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